domingo, 16 de noviembre de 2008

Jornadas de Voluntariado






















Los días 31 de octubre y 1 de noviembre de 2008 se celebraron en Peralejos de las Truchas (Guadalajara) unas "Jornadas de Voluntariado" promovidas y organizadas por la AEMS-Ríos con vida www.riosconvida.es y patrocinadas por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, con la colaboración de la CHT, que tuvieron su continuidad los días 14 y 15 siguientes.
Dos cosas sobre todas cabe destacar de esas Jornadas que chocan frontalmente con el actual contexto social y con la débil concienciación general de un problema que, no por su reiterada mención, deja de serlo; es más: parece agravarse pese a la perseverancia de su cita como amenaza real que pende como espada de Damocles sobre nuestro ámbito instintivo y cuya resistencia se debilita con más celeridad cada vez.
Una de esas dos cosas a las que me refiero es al alto grado de empatía volcado sobre un objetivo común, su carácter exento de raspaduras que hieran el ambiente de inmejorable convivencia y de tácita solidaridad. Estos valores son hoy escasos; constituyen, además, valores que residen en algo tan antiguo (aunque tan imperativamente necesario) como el espíritu humano; resultan ser valores ahora despreciados o tildados de anacrónicos, pero por cuya indiferencia se han transformado radicalmente nuestros hábitos de comunicación y de relación social, que han sido generalmente sustituidos por un individualismo agresivo, egoísta y egotista. Decir, además, que se trata de valores que anidan en la gran metáfora del corazón invocará seguramente y, cuando menos, una sonrisa en los descreídos. Sin embargo, yo (fue mi primera experiencia práctica en actuaciones de este tipo) los vi manifestándose con absoluta nitidez, con la clarividencia de quienes todavía creemos que esos valores apuran sus posibilidades de existencia activa y de resistencia intelectual.
La otra cosa subrayable es la fortaleza de una convicción fundada en el altruismo, el desinterés y la filantropía, rasgos absolutamente impermeabilizados ante cualesquiera otros motivos de seducción espuria. Sólo desde una posición de beligerancia activa capaz de sostener en toda su prístina concepción una idea como la conservación, demanda de medios, denuncia de agresiones y praxis científica en las varias disciplinas científicas que le afectan, pueden llevarse a cabo movilizaciones de ese carácter cuyos beneficios van destinados a la preservación, restauración, corrección y revitalización de los cauces fluviales y sus entornos vitales inmediatos. Carece de importancia la modestia ("una avispa no para un tren, pero le puede picar al maquinista") de estas actuaciones. Su valor hay que cifrarlo no sólo en la sistematización, sino en que responde a un concepto olvidado cuya puesta en práctica ha dado siempre sus frutos y ha obtenido resultados trascendentales; echar una ojeada a la historia de los movimientos sociales de toda índole en seguida nos persuadiría de ello: la "acción directa" resulta por fin en extremo eficaz en la consecución de objetivos y finalidades que se basen, como mínimo, en los dos aspectos que he querido destacar.
Pero si añadimos su estrategia pedagógica, sus medios y materiales didácticos, la capacidad organizativa y el blindaje puramente humano, entonces estamos constatando un principio movilizador de base ontológica, separado de cualquier otra adherencia ideológica que no sea la generosidad y la sincera conmoción por alcanzar un fin cuya bondad se define por sí misma, no necesita ser descrita, pues destaca por su propia idiosincrasia, por su naturaleza ab origine.
¡Bravo!, pues, por el buen rollo, la convivencia, la empatía, simpatía y cooperación que se respiraron esos días y otro ¡bravo! por la organización y los organizadores.