jueves, 17 de abril de 2008

Abril en el Tajo y en el Gallo por Poveda y por Molina







Ríos como toros oscuros (coloraos y cafetos) nos recibieron en sus orillas. Se desataron las furias; los vientos los soplaba Eolo con el mal humor de quien ha padecido un insomnio transitorio; el agua de la benéfica lluvia caía dando bofetadas y puñetazos a mansalva. La excursión se convirtió en aventura: se deshacía la tierra bajo nuestros pies y el cauce del río nos arrojaba sus manos líquidas con no muy buena intención.El río, vacío oscuro sobre el que el tiempo se detiene arrimado a los farallones rojos, suscitando todo tipo de preguntas sobre dónde nos llevará aun permaneciendo quietos, extáticos ante el fluir del agua que en su curso es la misma y es distinta, empapada y atrapada en su ensimismamiento. En el río, todos nos volvemos un poco krausistas y admiramos el arte natural por su propia forma sin artificios, arte en sí mismo, por él mismo, porque sí. Nos recibió la más acalófila versión de la naturaleza, y, aún así, nos rindió su hermosura desatada. Aún dormían las larvas bajo la nieve, y los hontanares rebosaban. Agua, agua en todas sus formas.
Pero fue imposible ver truchas. Sólo el Gallo, con su habitual gentileza (nunca le estaremos suficientemente agradecidos) mostró media sonrisa y nos permitió mover unas cuantas, a mediodía, porque la mañana y la tarde fueron para olvidar. Enrique venía a conocer la zona y a hacer y hacernos fotos; Nacho apuntaló su regularidad y yo las veía venir con parsimonia aderezada con un exceso de reflexión. Aún así, me tocó clavar la grande con una favorita. El resto, pequeñas y adorables, algo tibias aún por el frío y muy remisas en sus salidas.
Buena cosa fue comprobar cómo ahora (y desde hace un par de años) el Gallo tiene guardería. Por la mañana nos visitó David y, por la tarde, Javi Molina. Bravo por ellos, porque sabemos que les supone un esfuerzo no recompensado. Ahora el furtivo tendrá que pensárselo dos veces.
También compartimos unos minutos con nuestros colegas y amigos molineses: "Tuto" y los "Mellis", que son, los tres, de lo más sagaz y sabio que he visto manejando la caña.
Un abrazo para todos.